Incertidumbre en el sector externo ante el actual sistema cambiario

Pronostican una caída del saldo comercial que podría profundizarse si el dólar sigue a la baja.


Por Roberto Pico 

En una economía que necesita dólares, cada dato vinculado al ingreso es mirado con lupa y en ese sentido la fuerte baja del saldo comercial del primer trimestre encendió las alarmas.

La diferencia entre exportaciones e importaciones entre enero y marzo dejó un superávit de U$S 761 millones, cuando en el mismo período de 2024 había sido de U$S 4.401 millones.

Cuando se diseñaba el escenario macroeconómico para este año, los analistas calculaban que el superávit comercial sería superior a los U$S 15.000 millones. Algunos se animaban a hablar de U$S 18.000 y los más optimistas lo estiraban a U$S 20.000 millones. Todos esos cálculos ahora están en revisión.

El menor ingreso de divisas suma incertidumbre a las metas de acumulación de reservas impuesta en el acuerdo con el FMI.

El economista Orlando Ferreres evaluó que “con los préstamos recibidos tenemos más reservas pero también más deuda y no hay que olvidarse que en algún momento hay que devolverlos, por eso hay que hacer lo posible por tener superávit comercial lo más grande posible y especialmente inversiones para lo cual se requiere un tipo de cambio razonable”.

En cuanto el saldo comercial las perspectivas empeoraron.

Un informe de la consultora ABECEB indicó que “aún con la leve corrección cambiaria del dólar oficial en el marco del nuevo régimen de bandas, todo apunta a una significativa reducción del superávit comercial proyectado para 2025 respecto de lo observado en 2024. Así, nuestras proyecciones apuntan a una caída del superávit comercial a la mitad desde los U$S 18.899 millones registrados el año pasado, en torno a U$S 9.000 millones”.

Para LCG “la eliminación de restricciones cambiarias a mediados de

abril cambia (al menos a corto plazo), la ecuación” y calculó que “si se lo compara con el último día de marzo, el TC exportador mejoró

5,7% (a hoy), mientras que para los importadores se encareció 10,5%”.

Para la firma, “por ahora parece un ajuste menor como para empujar una mejora más significativa del resultado comercial”.

En este contexto evaluó que las exportaciones serán cercanas a los U$S 82.000 millones, mientras que las importaciones rondarán los U$S 70.000 millones, generando un saldo a favor de unos U$S 12.000 millones. En este caso LCG mantuvo su previsión del mes anterior, que se ubica unos U$S 6.000 millones por debajo de 2024.

A su vez, la consultora ACM destacó que “la reciente salida parcial del cepo y la implementación de un esquema cambiario más flexible inauguran una nueva etapa para el comercio exterior”.

“Esta normalización, junto con una recuperación gradual de la actividad, impulsará un aumento significativo de las importaciones en 2025”, añadió.

En ese sentido, consideró que “en base a la elasticidad de las importaciones respecto al producto, se proyecta un incremento de entre U$S 7.000 y U$S 10.000 millones, aunque en un contexto de mayor apertura, el crecimiento podría ser incluso mayor”.

Por el lado de las exportaciones, “se espera una mejora en los volúmenes del agro y un saldo energético aún favorable, aunque con menor tracción de los precios internacionales”.

“En este escenario, el comercio exterior tendería a expandirse, con un superávit comercial que se iría reduciendo respecto al año previo”, evaluó la consultora.

Pero a este escenario hay que agregarle además la incertidumbre del marco cambiario, porque el gobierno promueve que el precio de la divisa siga a la baja.

El presidente, Javier Milei, dijo que sólo comprará dólares cuando el precio se acerque al piso de la banda.

Si eso sucediese se exacerbarían las condiciones por las cuales se achicaría aún más el saldo comercial, ya que se alentaría a mayores importaciones, mientras que se resentirían las exportaciones por menor competitividad.

Sin la herramienta cambiaria, sólo quedaría una agresiva baja de impuestos que produzca una caída en los precios que permita que la economía argentina recupere la competitividad que perderá por la baja del precio del dólar.

Entradas relacionadas

Deja tu comentario